Ahora comienza la parte más difícil. Ahora con la Ley en la mano, con el mandato ciudadano refrendado y multiplicado… el desafío es dar un salto cualitativo que garantice, también, la soberanía del los contenidos y el ascenso irrefrenable de la conciencia revolucionaria. Una victoria más de la Libertad de Expresión de los pueblos. Ya basta de basura mediática, los pueblos no merecen semejante humillación.
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