
No resultó muy acertado que el Presidente Correa hablara de “comités de defensa de la revolución”. Porque el término y la tarima utilizada, sirvieron para movilizar a todo tipo de opositores, que se lanzaron a denunciar a los “CDR” como organizaciones supuestamente destinadas a la vigilancia y la persecución. ¡Cuánto “anticubanismo” y “antichavismo” se despertó! ¡Y cuántas tonterías se han dicho al respecto! Pero, lo que sucede en lo de fondo, es que, como siempre ocurrió en nuestra historia, las elites del poder temen a todo lo que sea organización popular.
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